¿Se cura la miopía? Nos guste o no, el miope siempre será miope, aunque corrija su defecto refractivo con técnicas invasivas o definitivas como el láser. Tendemos a pensar que al operarnos de la vista ya no somos miopes o hipermétropes. Pero es un error creer que por el hecho de no llevar gafas o unas lentillas uno ya no es miope y está «curado de miopía». Nada más lejos de la realidad.
¿Realmente se cura la miopía?
Al someternos a cirugía refractiva, es cierto que el defecto refractivo que nos impedía ver bien (como es en el caso de la miopía) ha sido corregido. Pero, si nos preguntamos si la cirugía cura la miopía, nuestro ojo y, más en concreto, nuestra retina, sigue siendo miope. Por tanto, difícilmente podemos afirmar que la cirugía refractiva cura la miopía. Por eso debemos seguir llevando un control sobre nuestra salud, porque ésta sigue perteneciendo a un ojo miope que ahora está operado.
Pero para entender todo esto, la pregunta a la que debemos responder no es si se cura la miopía, sino qué es ser miope.
¿Qué es realmente la miopía?
La miopía es el término que se da a la condición por la que el ojo no es capaz de enfocar y ver nítidamente los objetos lejanos. Esta dificultad se debe bien a una excesiva longitud del ojo, o bien a un exceso de potencia en la curvatura de la córnea (en menor relación). Cualquiera de estas dos condiciones hace que las imágenes al pasar por las diferentes estructuras oculares implicadas en la refracción focalicen por delante de la retina.
Para poder llevar esa imagen fuera de foco y corregir el defecto refractivo se utilizan gafas o lentes de contacto (blandas o permeables) o se puede modificar la curvatura corneal mediante cirugía refractiva.
Corrección de la miopía
Cuando nacemos el tamaño del globo ocular es más pequeño. Por eso, aproximadamente el 80% de los recién nacidos son hipermétropes. Al crecer, sobre todo durante los dos primeros años de vida, se producen grandes cambios en su tamaño y también en la acomodación del cristalino. Estos cambios tienden a modificar la óptica del ojo con la finalidad de hacer un ojo emétrope (sin refracción) en torno a los 7-8 años coincidiendo con la edad escolar. En algunos niños, este crecimiento no cesa pasada esta edad. En estos casos el aumento de la longitud del ojo produce un defecto refractivo miópico que puede aumentar hasta los 17 años o incluso más.
Detección y control de la miopía infantil
La aparición de la miopía en el niño a veces puede pasar inadvertida ya que su entorno se reduce a distancias cortas. Pero su no detección y aumento puede llevar a casos con altos grados de miopía. Y la miopía alta está asociada a un mayor riesgo de desprendimiento de retina y vítreo y afecciones asociadas. Entre ellas, afecciones tan graves como el glaucoma y la degeneración macular. Por este motivo es tan importante su detección temprana y control. Porque aunque no se cura la miopía, sí que se puede prevenir su aumento.
Miopía y genética
El riesgo genético de padecer miopía es de 2 a 3 veces mayor si uno de los progenitores es miope y de 5 a 6 veces si los dos son miopes. En este aspecto, poco se puede hacer, ya que la genética manda; pero sí podemos actuar en los otros dos aspectos. Pasar menos de hora y media al aire libre y trabajar más de 3 horas de cerca, habitual hoy en día, incrementa en casi 3 veces el riesgo de aumentar la miopía. Y si la miopía aumenta, también el riesgo de padecer desprendimiento de retina y vítreo, catarata, glaucoma o alteraciones de la mácula. Por ello es importante conocer los distintos métodos que ayudan a disminuir estos riesgo, como así lo han demostrado diferentes estudios médicos.
Control de la miopía con Orto K
Las Ortoqueratología (Orto K), es el tratamiento no farmacológico que ha demostrado su eficacia para frenar la progresión de la miopía en los niños.
El estudio más reciente sobre los efectos de este tratamiento en el control de la miopía revela un control del 45.1% de variación en la longitud axial en el seguimiento a 2 años. No se conoce con exactitud el mecanismo por el cual las lentes de la ortoqueratología reducen la progresión de la miopía. Pero las investigaciones demuestran que el cambio en el perfil de la córnea disminuye el desenfoque hipermetrópico periférico y por lo tanto aumenta el desenfoque miópico periférico. Esto lleva a una reducción de los estímulos que ocasionan el crecimiento axial y posterior desarrollo de la miopía (4).
El uso de las lentes de ortoqueratología es seguro y se considerada como una de las medidas no farmacológicas más eficaces para frenar la progresión de la miopía en niños. Con un seguimiento regular para garantizar la seguridad, sigue siendo uno de los tratamientos más eficaces para el control de la miopía en todo el mundo.
1. Grodum K, Heijl A, Bengtsson B. Refractive error and glaucoma. Acta Ophthalmol. 2001;79:560–566.
2. Tano Y. Pathologic myopia: Where are we now? Am J Ophthalmol. 2002;134:645–660.
3. Adams AJ. Axial length elongation, not corneal curvature, as a basis of adult onset myopia. Am J Optom Physiol Opt. 1987;64:150–152.
4. Li X, Friedman IB, Medow NB, Zhang C. Update on Orthokeratology in Managing Progressive Myopia in Children: Efficacy, Mechanisms, and Concerns. J Pediatr Ophthalmol Strabismus. 2017 Jan 13:1-7.