El número de personas en todo el mundo que padecen diabetes alcanza los 537 millones. Para 2045 se estima que superen los 784 millones, según los últimos datos disponibles. España ocupa el segundo puesto en tasa de prevalencia de esta enfermedad en Europa, con 5,1 millones de diabéticos. Esta cifra la sitúa dentro del top 10 de países en cuanto a gasto sanitario relacionado con diabetes. Concretamente, 13.340 millones de euros, según datos recogidos en la última edición del Diabetes Atlas, elaborado por la Federación Internacional de Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés).
“En los dos últimos años se ha producido un fuerte aumento del número de adultos con diabetes. Se trata de una tendencia preocupante que afecta a la vida de millones de personas en todo el país”, afirmaba el doctor Antonio Pérez Pérez, presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED) y director de la Unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau en Barcelona.
Además, hay otro dato más preocupante aún si cabe: de esos 5,1 millones de personas, el 30,3% no están diagnosticadas. Cuando esto sucede, o las diabetes no se trata adecuadamente, puede causar problemas graves a la salud. Complicaciones que, no solo aumentan estos costes sanitarios, sino que reducen la calidad de vida de los pacientes, provocando, entre otras patologías, retinopatía diabética.
Qué es la retinopatía diabética
Es una enfermedad vascular que se produce debido a alteraciones metabólicas que sufren las personas que durante años padecen diabetes. Puede llegar a causar pérdida de visión e incluso ceguera. Afecta a los vasos sanguíneos de la retina y, sumado a otros factores como la hipertensión arterial, altos niveles de colesterol u obesidad, pueden complicar los síntomas de esta afección ocular.
Las revisiones periódicas con tu experto en salud visual de confianza resultan fundamentales en estos casos. La razón es que en una fase inicial de la retinopatía diabética no suele manifestarse ningún síntoma, por lo que los controles anuales resultan fundamentales. Es la única posibilidad de poder realizar un diagnóstico precoz y detener a tiempo el avance de la enfermedad.
Según va avanzando la retinopatía diabética van apareciendo una serie de síntomas que es más sencillo identificar, tales como:
- Un mayor número de moscas volantes.
- Vista borrosa.
- Visión que cambia de borrosa a clara.
- Áreas en blanco u oscuras en el campo de visión.
- Visión nocturna deficiente.
- Colores más atenuados o apagados.
- Incapacidad para desempeñar tareas cotidianas.
- Pérdida de la visión.
Qué problemas puede ocasionar
Además de estos síntomas otras patologías graves derivadas de la retinopatía diabética son:
- Edema macular diabético (EMD, o DME, por sus siglas en inglés). Con el tiempo, aproximadamente la mitad de las personas con retinopatía diabética desarrollarán DME. El DME ocurre cuando los vasos sanguíneos de la retina se rompen y gotean, lo que causa inflamación en la mácula (una parte de la retina).
- Glaucoma neovascular. La retinopatía diabética puede hacer que los vasos sanguíneos anormales crezcan fuera de la retina y bloqueen el drenaje del líquido del ojo. Esto causa un tipo de glaucoma que se conoce como neovascular.
Tratamientos para la visión borrosa por diabetes
Algunas de las opciones de tratamiento, en función de la fase en la que se encuentre la retinopatía son:
- Control médico
Sirve sobre todo como prevención o si la afección ocular se encuentra en una fase temprana. Más allá del control por parte de tu oftalmólogo, la revisión de tu médico de familia desempeña un papel fundamental. Controlar los niveles de azúcar en sangre o la presión sanguínea pueden ayudar a detener la pérdida de visión. También es esencial seguir una correcta alimentación.
De hecho, como puede leerse en el artículo “Actualización de la retinopatía diabética para médicos de atención primaria: hacia una mejora de la medicina telemática”, publicado en Elsevier, “la retinopatía diabética (RD) está considerada como la causa más frecuente de ceguera en la población activa en países industrializados. El edema macular diabético es la causa más frecuente de disminución de la agudeza visual en los diabéticos. De acuerdo con los resultados de los grandes estudios multicéntricos, la prevención de la ceguera por RD pasa por la realización de revisiones periódicas del fondo de ojo de los pacientes diabéticos de manera que puedan ser tratadas a tiempo. El uso de cámaras no midriáticas y la telemedicina han demostrado ser útiles para este fin. Por tanto, el papel del médico de atención primaria es fundamental para la detección precoz de esta enfermedad”.
- Medicamentos
Según la American Academy of Opthalmology, los medicamentos anti-FCEV ayudan a disminuir la hinchazón de la mácula. Esto significa que desaceleran la pérdida de visión. Otra opción de tratamiento son medicamentos con esteroides. En ambos casos, su administración se realiza a través de inyecciones en el ojo. En este caso, siempre debe realizar la prescripción tu oftalmólogo de confianza.
Por otro lado, tal y como se extrae de la encuesta “Qué sabes sobre el edema macular diabético”, elaborada por la Federación Española de Diabéticos, las complicaciones oculares derivadas de la diabetes afectan hasta al 40% de los pacientes. “A día de hoy no nos podemos permitir el lujo de que tengamos una enfermedad tratable y que no la tratemos porque no sabemos que la tenemos”, comentaba la oftalmólogo Patricia Udaondo en la webinar “Diabetes, Salud Visual y Prevención”. En este sentido, acudir a un especialista en salud visual de confianza como Avanlens resulta clave para la detección y un diagnóstico precoz. Es el único camino para evitar complicaciones más graves que afecten a tu salud.