Solo en España 761.157 niños tienen problemas de visión. Esta cifra supone cerca del 9% de la población infantil, según el estudio de Visión y Vida “Radiografía de la pobreza visual infantil en España”. Unos números que, tal y como aseguran desde la entidad, implican “un impacto en el desarrollo de los menores, ya que no ver correctamente tiene una relación directa con sus posibilidades a la hora de estudiar y relacionarse con los demás”. Pero ¿Qué soluciones existen para cuidar de la salud visual? ¿Pueden los niños llevar lentes de contacto?
Antes de responder a estas preguntas, veamos cuáles son las patologías visuales más comunes en estos casos.
Ojo Vago o Ambliopía
La ambliopía es el término médico que se utiliza para referirse a una disminución de la visión sin que exista una lesión orgánica. Comúnmente es lo que se llama ojo vago. Puede tener un origen funcional, debido a un estrabismo o a un defecto refractivo no corregido; origen anisometrópico, producido porque cada ojo tiene una graduación diferente; u origen orgánico, derivado de una catarata.
Cataratas Congénitas
Seguro que has oído hablar de las cataratas a una determinada edad, pero las cataratas congénitas son aquellas que aparecen en el momento del nacimiento, es decir, que un bebé nace con el cristalino opaco y, por lo tanto, no puede ver correctamente. Pueden darse en los dos ojos o sólo en uno de ellos.
En ocasiones, pueden ir acompañadas de otras anomalías oculares en la córnea o la retina y, en la mayoría de los casos, se deben a componentes hereditarios, aunque también existen otros factores que las causan como infecciones intrauterinas, síndrome de Down u otras enfermedades metabólicas.
Tumores Intraoculares en la Infancia
Los tumores intraoculares en edad infantil son poco frecuentes, pero su tratamiento y diagnóstico resultan muy complejos. El más común es el retinoblastoma, característico por presentar la pupila de color blanco o con manchas blancas. Este tipo de patologías visuales tienen un alto componente genético y existen diferentes opciones de tratamiento médico según el tamaño, la localización o la situación evolutiva.
Defectos Refractivos
Un defecto de refracción es aquel que se produce cuando la imagen que llega a la retina a través de la córnea y el cristalino converge en un punto fuera de ella. La miopía, el astigmatismo o la hipermetropía son defectos refractivos que pueden diagnosticarse a partir de los 3 o 4 años, momento en el que los expertos en salud visual recomiendan que los niños tengan su primera revisión.
Estrabismo
El estrabismo es la falta de coordinación entre los músculos oculares. Debido a ello, no es posible fijar la mirada de ambos ojos en el mismo punto. Bien puede ser un estrabismo horizontal (hacia fuera o hacia dentro) o vertical (hacia arriba o abajo). Esta ausencia de coordinación afecta a la percepción de la profundidad y a la pérdida del paralelismo entre ambos ojos.
Glaucoma Congénito
Suele darse en los primeros meses de vida de un bebé o durante la primera infancia (antes de los tres años). Se caracteriza por la existencia de una serie de anomalías que producen un aumento de la presión intraocular. No es una patología muy frecuente y, en la mayoría de los casos, afecta a ambos ojos, aunque no con el mismo grado de intensidad.
¿Cómo corregirlos? Alternativas a las gafas
Según un informe elaborado por la Federación Española de Asociaciones del Sector Óptico, los niños españoles son los que más utilizan este sistema de corrección en Europa. En concreto, 4 de cada 10. Una cifra muy por encima de la media europea, pero ¿Es la solución más adecuada para todos?
Además de las posibles roturas, pérdida y otros problemas relacionados con la autoestima que afectan a muchos menores, las gafas no es la solución ideal para todos. Muchos niños y niñas sienten como su actividad se ve limitada con el uso de este tipo de lentes. La principal razón es que les impide practicar algunos deportes o seguir su estilo de vida con normalidad.
Aunque pueda sorprender a los padres, la edad del niño no es un factor de riesgo por sí solo para usar lentes de contacto. El uso satisfactorio de las lentes de contacto en los niños no tiene por qué ser difícil. La Academia Americana de Optometría señala la edad de los 8 años que es donde un niño puede manipular las lentes y asume cierto grado de responsabilidad.
Lentillas por la noche, libertad durante el día
Para los casos de miopía existen alternativas a las que cada vez más padres recurren, como, por ejemplo, las lentes Orto K. Es una técnica que consiste en una lente de contacto que moldea suavemente el exterior de la córnea durante las horas de sueño. De esta manera, evitan el uso de gafas o lentillas durante todo el día. Las lentes Orto K están diseñadas con una curvatura interior adaptada para cada paciente. La capa más externa del ojo se amolda con suavidad a la forma de la lente y, una vez retiradas, permite disfrutar de una visión totalmente normal.
¿Pueden utilizarlas los niños? Está indicado a partir de los seis años y resulta un método muy práctico para poder disfrutar de la libertad que no te aportan las gafas o las lentes de contacto tradicionales. No hay que olvidar que la cirugía refractiva no es posible hasta los 18 o 20 años cuando la graduación del ojo ya se ha estabilizado y, además de los inconvenientes que hemos mencionado anteriormente, requieren de una disciplina e higiene en su uso para el que los niños no están preparados.
Lentes de contacto que ayudan a frenar la progresión de la miopía
Además, la Orto K va más allá de cualquier otro método de corrección visual. Es el único que ayuda a frenar el avance de la miopía en niños. Según la Asociación de Optometristas, la ortoqueratología es el medio no invasivo más indicado para desacelerar la progresión de la miopía y otros defectos visuales en niños en edad escolar. La razón es que, cuando se aplica este tipo de tratamiento en un ojo aún en desarrollo, el desenfoque periférico que genera el moldeo disminuye el estímulo para el crecimiento axial del ojo que conlleva el aumento de la miopía. Es decir, con el uso de este tipo de lentes se puede llegar a corregir o reducir el aumento de la miopía. En el caso de la hipermetropía en adultos, se puede corregir entre 0,5 y 4 dioptrías.
Si aún te preguntas si los niños pueden utilizar lentes de contacto o si la Orto K es el mejor método para cuidar de la salud visual de tu hijo, pide una cita y ponte en manos de Avanlens, el centro especializado en contactología avanzada que te ayudará a cuidar de tu visión y la de los tuyos.