En la oftalmología pediátrica o infantil, la detección precoz de problemas oftalmológicos determina el éxito de los tratamientos. Conocer cuáles son los principales síntomas y realizar las revisiones anuales pertinentes son fundamentales para la buena salud visual de tus hijos.
Oftalmología Infantil: Patologías Visuales más Comunes
Ojo Vago o Ambliopía
La ambliopía es el término médico que se utiliza para referirse a una disminución de la visión sin que exista una lesión orgánica. Comúnmente es lo que se llama ojo vago. Puede tener un origen funcional, lo que se conoce como estrabismo; origen anisometrópico, producido porque cada ojo tiene una graduación diferente; u origen orgánico, derivado de una catarata.
Cataratas Congénitas
Seguro que has oído hablar de las cataratas a una determinada edad, pero las cataratas congénitas son aquellas que aparecen en el momento del nacimiento, es decir, que un bebé nace con el cristalino opaco y, por lo tanto, no puede ver correctamente. Pueden darse en los dos ojos o sólo en uno de ellos. En ocasiones, el especialista en oftalmología pediátrica puede detectar que van acompañadas de otras anomalías oculares en la córnea o la retina. En la mayoría de los casos, se deben a componentes hereditarios aunque también existen otros factores que las causan como infecciones intrauterinas, síndrome de Down u otras enfermedades metabólicas.
Tumores Intraoculares en la Infancia
Los tumores intraoculares en edad infantil son poco frecuentes, pero su tratamiento y diagnóstico resultan muy complejos. El más común es el retinoblastoma, característico por presentar la pupila de color blanco o con manchas blancas. Este tipo de patologías visuales tienen un alto componente genético y existen diferentes opciones de tratamiento médico según el tamaño, la localización o la situación evolutiva.
Defectos Refractivos
Un defecto de refracción es aquel que se produce cuando la imagen que llega a la retina a través de la córnea y el cristalino, converge en un punto fuera de ella. La miopía, el astigmatismo o la hipermetropía son defectos refractivos que pueden diagnosticarse a partir de los 3 o 4 años de edad. Este es el momento en el que los expertos en salud visual recomiendan que los niños tengan su primera revisión.
Estrabismo
El estrabismo es la falta de coordinación entre los músculos oculares. Debido a ello, no es posible fijar la mirada de ambos ojos en el mismo punto. Bien puede ser un estrabismo horizontal (hacia fuera o hacia dentro) o vertical (hacia arriba o abajo). Esta ausencia de coordinación afecta a la percepción de la profundidad y a la pérdida del paralelismo entre ambos ojos.
Glaucoma Congénito
Suele darse en los primeros meses de vida de un bebé o durante la primera infancia (antes de los tres años). Se caracteriza por la existencia de una serie de anomalías que producen un aumento de la presión intraocular. No es una patología muy frecuente y, en la mayoría de los casos, afecta a ambos ojos, aunque no con el mismo grado de intensidad.
Tratamientos de Oftalmología Pediátrica
Gafas
En España, casi 25 millones de personas utilizan gafas y, aunque se desconoce cuál es el número exacto de menores que optan por este sistema de corrección para su visión, sí es el que más usa la mayoría.
Cuando se trata de los más pequeños, hay una serie de características que deben ser tenidas en cuenta como el tamaño, los materiales, el peso, etc. Prestar atención a estas características hará su uso más cómodo y adaptable a su estilo de vida.
Lentillas
El uso de lentes de contacto en menores es todavía un tema que genera debate. Existe la creencia de que los niños no deben utilizarlas, pero la realidad es que el riesgo de su uso no va más allá de los riesgos a los que se somete un adulto, sobre todo, en lo que se refiere a la manipulación e higiene.
En algunos casos sí es un tratamiento recomendado siempre y cuando esté supervisado. Ante la duda, lo mejor es acudir a un especialista en oftalmología pediátrica para que realice un estudio completo, no sólo de la visión, sino también de los hábitos del menor para determinar cuál es el mejor tratamiento en su caso.
Orto K en Niños
La ortoqueratología consiste en un tratamiento que moldea la córnea con unas lentillas que se utilizan exclusivamente por la noche y que permite eliminar el uso de gafas o lentillas durante el día. También conocida como orto K, es todavía para muchos una técnica desconocida, pero la realidad es que lleva años utilizándose en todo el mundo.
Las lentes orto K tienen una curvatura interior que está diseñada especialmente a medida para cada paciente. Al utilizarse durante las horas de sueño, la capa más externa del ojo se adapta suavemente a la forma de la lente. Este pequeño cambio de curvatura no causa ninguna sensación molesta diferente a la de una lentilla convencional. Sin embargo, es suficiente para que el ojo se haya adaptado a ella y pueda tener una visión totalmente normal. Este efecto dura todo el día y va desapareciendo poco a poco.
Según el Consejo General de Colegios de Ópticos Optometristas, la ortoqueratología es el medio no invasivo más indicado para desacelerar la progresión de la miopía y otros defectos visuales en niños y niñas en edad escolar. La razón es que, cuando se aplica este tipo de tratamiento en un ojo aún en desarrollo, el desenfoque periférico que genera el moldeo, disminuye el estímulo para el crecimiento axial del ojo que conlleva el aumento de la miopía. Es decir, con el uso de lentes orto K, se puede llegar o corregir o reducir el aumento de la miopía. En el caso de la hipermetropía puede corregir entre 0,5 y 4 dioptrías en adultos.
Está indicado a partir de los seis años de edad y resulta un método muy práctico para poder disfrutar de la libertad que no te aportan las gafas o las lentes de contacto tradicionales. No hay que olvidar que la cirugía refractiva no es posible hasta los 18 o 20 años cuando la graduación del ojo ya se ha estabilizado. Además del problema estético, las roturas, pérdidas o accidentes requieren de una disciplina e higiene en su uso para el que los niños no están preparados.
Revisiones: al menos una vez al año
De acuerdo con el Consejo General de Colegios de Ópticos Optometristas, la mitad de los niños que necesitan corregir su visión no utilizan gafas porque sus padres desconocen el estado de su salud visual. Es importante tener en cuenta que el 80% de la información que recibimos, lo hacemos a través de los ojos. Los problemas de visión pueden afectar al crecimiento y desarrollo de un niño si no son diagnosticados a tiempo. Acudir al menos una vez al año a un especialista en oftalmología pediátrica es fundamental para evitar problemas mayores que pueden afectar a su salud.
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