Conducir con miopía u otro defecto refractivo no es una actividad más para quienes tienen este tipo de problema. A diario realizamos un sinfín de actividades cotidianas a las que apenas prestamos atención, entre ellas, conducir. Cada vez que se acerca agosto, Semana Santa o un puente y se producen más desplazamientos en carretera, nos avisan de la importancia de revisar el vehículo, pero ¿y la vista?
Según el estudio “La Salud Visual de los Conductores en España”, realizado por la Asociación Visión y Vida, la Facultad de Óptica y Optometría de Terrassa y la Universitat Politècnica de Catalunya, los conductores con mala visión tienen tres veces más accidentes que el resto de conductores. Cerca de 600.000 españoles conducen con una agudeza visual inferior a lo obligado por la Ley y 7 millones de conductores padecen, mínimo, una deficiencia visual que afecta a la conducción.
Requisitos Visuales para Conducir
Según los expertos, al analizar la relación entre visión y conducción, existen tres factores esenciales que deberían ser tenidos en cuenta a la hora de ponerse frente a un volante:
LA AGUDEZA VISUAL
Como ya comentamos en el post sobre qué es la luz azul, la agudeza visual es la capacidad del ojo de percibir el detalle de todo lo que ve. Según la legislación vigente en España, la agudeza visual debe ser de al menos 0,5 para poder obtener un permiso de conducción. Sin embargo, sólo se tiene en cuenta la visión lejana, no se considera ni la visión intermedia ni la cercana, que también deberían evaluarse en los reconocimientos visuales ya que intervienen en la conducción.
Un dato importante es que de noche, la agudeza visual de un conductor se reduce hasta en un 70%. Esto significa que un conductor con un 50% de agudeza visual necesitará entre 5 y 100 veces más iluminación que un conductor con una agudeza del 100% para ser capaz de detectar un objeto.
EL CAMPO VISUAL
Es la región del espacio que los ojos pueden percibir con la mirada fija en una determinada posición, es decir, todo aquello que eres capaz de ver sin tener que desplazar los ojos. Para conducir, resulta de vital importancia tanto el campo visual central como el periférico ya que permite detectar el movimiento de vehículos y peatones que se encuentran alrededor. El campo visual se evalúa a través de una prueba que se denomina campimetría. Ésta consiste en la valoración del paciente a través de estímulos que deberá reconocer sin desplazar la mirada. El problema de esta prueba es que requiere demasiado tiempo y, en ocasiones, los resultados no son objetivos ya que el cansancio puede afectar en ellos. En cualquier caso, para que la conducción esté permitida no debe existir ninguna alteración en el campo visual central. Cabe destacar que a medida que aumenta la velocidad disminuye el campo visual, por eso las personas que presentan una disminución del campo visual moderada o grave tienen más dificultades para conducir de noche.
VISIÓN DEL COLOR
Ayuda a identificar las señales de tránsito y las luces de los frenos. Este factor no es tenido en cuenta por la legislación vigente en nuestro país.
Conducir es algo tan rutinario que a veces olvidamos considerar tres factores fundamentales para hacerlo de manera segura: el estado del vehículo, las condiciones de las infraestructuras y el estado funcional del conductor (Sánchez-Ramos et al, 2012). Según la Dirección General de Tráfico entre el 1 y el 5% de los accidentes de tráfico cuyas causas no son médicas pueden tener su origen en trastornos de la visión.
El estado de la visión de los conductores
El estudio “La Salud Visual de los Conductores en España” pone de manifiesto la clara relación entre mala visión y los accidentes. Según la OMS, más de un millón de personas mueren al año en todo el mundo a causa de un accidente de tráfico. Si tenemos en cuenta que el 80% de los trastornos visuales se pueden prevenir o curar, muchas de estas muertes podrían evitarse.
Una de cada cinco personas se pone al volante con problemas de visión y a esto hay que sumarle otros factores de riesgo que también afectan y que dificultan aún más la capacidad de conducción como la edad, el estado psicológico, las condiciones climatológicas, baja luminosidad, conducción nocturna…
Según los últimos estudios, al 40% de los conductores no les resulta seguro conducir de noche. Además de la miopía nocturna que produce dilatación en las pupilas, provocando pequeños cambios refractivos, los principales motivos de inseguridad son la pérdida de capacidad visual, visibilidad borrosa y mayor deslumbramiento.
Hay que tener presente que existe una estrecha relación entre visión y conducción. Es el sentido más importante en la toma de decisiones a la hora de conducir. Sólo con una buena visión se puede reaccionar adecuadamente ante situaciones que pueden surgir cuando te pones frente al volante. Para poder tener buenos reflejos, es indispensable tener una visión ágil y eficaz.
Consejos para conducir de manera segura
- Usa gafas o lentes adecuadas para ti y protege tus ojos con gafas de sol cuando sea necesario.
- Mantente hidratado y realiza paradas periódicas en viajes largos.
- Acude a tu revisión al menos una vez al año, especialmente, si tienes más de 50 años. El envejecimiento ocular es un factor muy importante que afecta a la visión y que hay que controlar.
- Evita las comidas copiosas justo antes de ponerte al volante.
- La temperatura del vehículo debe ser la adecuada. De esta manera, evitarás enrojecimiento, sequedad o picor de ojos que pueden dificultar tu capacidad de conducción.
- Asegúrate de que las ventanas estén limpias por dentro y por fuera, especialmente si conduces de noche,
- Verifica que las luces delanteras y traseras funcionan correctamente. Si no es así, reemplaza las que estén dañadas.
- Comprueba que los espejos retrovisores están colocados adecuadamente antes de poner el vehículo en marcha.
Además de estos consejos también podrían ponerse en marcha otras medidas que ayudarían a reducir el número de accidentes de tráfico provocados por problemas visuales. Tales como:
- Revisar las pruebas de capacidad visual a la hora de obtener el carnet de conducir.
- Establecer criterios y pruebas objetivas sin dejar bajo la subjetividad del profesional que las realiza la obtención o renovación del carnet.
- Llevar a cabo una labor preventiva, especialmente, con las personas mayores.
- Fomentar el conocimiento y cumplimiento de la normativa vigente.
- Que la Ley de Tráfico en su Anexo IV y el Real Decreto que regula los Centros de Reconocimiento unifiquen criterios para la redacción de ambas normativas y sean más claros con las especificaciones técnicas.
El 90% de la información que recibimos llega a través de los ojos. Sólo en carretera, se toman cerca de 15 decisiones por cada kilómetro recorrido. Una deficiencia visual no detectada a tiempo, por ejemplo, conducir con miopía, puede poner en riesgo no sólo la vida del conductor, sino también la de las personas que lo acompañan y la de otras personas que circulan. Las revisiones oftalmológicas son la mejor forma de evitar problemas visuales que pueden poner en peligro tu vida y la de los demás. No olvides que el coche no es lo único que tienes que revisar.